EL CAÑÓN DE AÑISCLO

CAÑÓN DE AÑISCLO. PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO.

El Cañón de Añisclo en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, es uno de los pocos valles pirenaicos que todavía conserva en su estado primigenio los valores naturales de la cordillera pirenaica.

Situación del cañón de Añisclo:

Situado en las sierras interiores, el Cañón de Añisclo forma parte de la denominada unidad del Monte Perdido. Amplia capa calcárea deslizada hacia el sur durante el Terciario, al producirse el levantamiento de los Pirineos.

Está configuración geológica resulta muy propicia para el desarrollo de importantes fenómenos kársticos, ya que la infiltración en profundidad de buena parte de las precipitaciones y la disolución lenta del carbonato cálcico de las rocas calizas, a lo largo de millones de años, han dado lugar a la formación de extensas redes subterráneas con cuevas y simas de gran longitud y desnivel. Este es el caso de la sima de la punta de las Olas, situada a 3009 metros de altitud, siendo la cavidad más alta de Europa.

Flanqueado por el valle de Vio a poniente y por el valle de Puértolas y Tella a levante, el Cañón de Añisclo está surcado por el violento y espectacular río Bellos, qué ha ido taladrando poco a poco las rocas de


Entrada de Añisclo

Ermita de San urbez

Desde el pueblo de Escalona, se remonta a través de una estrecha carretera la primera parte del cañón, llamada garganta de la Mingaresa. Tras llegar a la Ereta de bies, se accede por un pequeño y recoleto puente medieval a la ermita de San Urbez, dónde cuenta la leyenda que habito un santo allá por el siglo VIII. 

Partiendo de aquí se sube por el sendero que se dirige hacia las praderas de la Ripareta y el Collado de Añisclo a 2440 metros, desde dónde se observa el valle de Pineta.

Inversión Termica.

Aproximadamente cada 200 metros de ascenso en altitud disminuye un grado la temperatura. Sin embargo, esta regla no se cumple en todos los puntos de la cordillera, ya que se producen algunos fenómenos contradictorios. Uno de ellos, es el fenómeno de la inversión térmica, en el que paradójicamente el aire, conforme sube, en vez de enfriarse es más caliente.

Esto sucede en los valles y cañones profundos rodeados por altas montañas. Por la noche los fondos de estos valles irradian el calor que han recibido durante el día, por lo que la superficie del suelo se enfría considerablemente, así como la capa de aire que está en contacto con ella. En las paredes cercanas también se produce el mismo efecto y el aire enfriado, cae al fondo del valle transformándose así en una trampa que acumula aire frío. Debido a este fenómeno, en el Cañón de Añisclo y otros cañones de parecidas características se producen alteraciones en la estratificación de la vegetación, apareciendo bosques mixtos de hayas y abetos en el fondo del valle y las encinas por encima a 1400 metros de altitud.


Puente antiguo en Añisclo

El Tejo de Añisclo.

A mitad del recorrido, junto al sendero, se encuentra un colosal tejo o Teixo. Este tejo probablemente sea uno de los ejemplares más antiguos y grandes del Parque Nacional. Especie de tronco grueso, corteza pardo grisáceo y de hasta 15 m de altura. Las hojas son perennes, la, aplanadas y de color verde oscuro. Florece al final del invierno o principios de la primavera. Los árboles hembra fructifican en otoño una semilla redonda rodeada de una envoltura carnosa de color rojo. Crece en Europa, Asia y norte África y no forma masas forestales, sino que se da de forma aislada en bosques umbrosos y frescos, desde los 800 hasta los 2000 metros de altitud, en los que puede llegar hasta los 1500 años. Su madera es de muy buena calidad y se ha empleado tradicionalmente para la fabricación de arcos y lanzas. En la actualidad se utiliza para piezas de artesanía y planchas de revestimiento. Su gran resistencia hizo que fuera seleccionado por algunos faraones para la construcción de sus sarcófagos. La envoltura es comestible y la semilla venenosa. El fruto se ha utilizado para curar catarros.


Otoño en Añisclo

Sestrales desde Añisclo

Cabecera de Añisclo.

Desde su amplia cabecera el Cañón de Añisclo, desnudo de vegetación, por encima de los 2000 metros, el río bellos se precipita, en un apreciable desnivel y rápido descenso, para embestir con fuerza las masas calcáreas.

Nacido de las surgencias del macizo de las Tres Sorores, sobre sus 20 kilometros de recorrido ha labrado un majestuoso e incomparable cañón de orientación Norte/sudeste, en una lucha secular y titánica.

Su formación es el resultado de un sistema de fracturas radiales que parten el vértice de Monte Perdido. Sus quebraduras, sus superficies planas cortadas limpiamente en sus bordes acantilado, sus ángulos vivos, testimonian la juventud de su estructura. Lápices, sumideros, cuevas y surgencias compendian el curioso mundo del subsuelo.

Arriba la vertical de las paredes. Fajas, dónde el pino negro, en total anarquía, hace equilibrios, desprecia leyes naturales y rinde su continuo y terrible combate con la piedra y el clima.

En la zona existen diferentes tipos de alojamientos y casas rurales en Añisclo desde donde poder hacer excursiones, así como empresas de aventura en Ordesa.