LA GARGANTA DE ESCUAÍN
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
GARGANTA DE ESCUAÍN CUENCA DEL RÍO YAGA.
“Aunque tiene diferencias con los valles vecinos de Añisclo y Ordesa, no se parece mucho a ellos. Con toda autoridad, no es garganta ni cortadura, sino una impresionante diaclasa, abierta en medio de la montaña” como diría el ilustre Lucien briet.
Situadas en la cuenca del río Yaga, las gargantas de Escuaín forman parte de uno de los cuatro sectores del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
El modelado glaciar del cuaternario y la su gran erosión kárstica han formado su especial fisonomía.
Circos, simas, lápices y barrancos forman la solana del macizo.
En la cara norte, las paredes de Pineta dan origen a importantes cortados de fuerte desnivel.
Su zona meridional baja con una gran suavidad hacia el río yaga, la suavidad no es continua, es fácil encontrar grandes cortados, intercalados entre zonas llanas siguiendo los ejes de plegamiento que caracterizan al valle y su típica forma escalonada.
La aguas del macizo fluyen a través del río yaga, que ha erosinado favorecido por las estructuras de caracter geológico, un estrecho y profundo cañón de verticales paredes calcáreas. Una garganta que se alarga más de 5 km y recibe las aguas de los múltiples torrentes, que aseguran el agua superficial de todo el valle.
Vegetación.
Vegetación muy peculiar, selvática, xerófila y de tipo mediterráneo, la propia de características , topografía, orientación, climáticas, y suelo diferentes.
Existe una fuerte inversión térmica entre la solana y la garganta, con mucha más humedad.
La distribución de la vegetación aparece muy estratificada. De la exuberante y diversa representación de los húmedos desfiladeros, se pasa a los frondosos bosques de las partes bajas, con predominio de frondosas y coníferas y un tupido sotobosque de matorrales.
Por la parte alta, los bosques claros del nivel subalpino y, a poco que los lápices lo consientan, magníficos y torcidos ejemplares del pino negro.
En el nivel alpino extensos prados dónde abunda la peculiar flor de nieve.
Geología.
La parte alta, recoge las aguas y hace de desagüe, espectacular y bravío de toda la montaña calcárea, agujereada en mil sumideros.
Dolinas y conos de absorción, socavan la roca y se abren en abruptos barrancos, haciendo de toda la zona una inmensa esponja que fluye a través de la Fuente de Escuaín, que da vida al río yaga.
Múltiples bocas, cavernas y surgencias que conforman un importante sistema con profundidades considerables, un desarrollo de muchos kilómetros y una integral de 1151 metros de desnivel desde la entrada y la surgencia de la salida. Ostenta el segundo puesto entre las mas importantes del mundo.
Paisaje.
Soledad. Viejos campos que vuelven a su estado original. Fajas y bancales en el increíble juego de las de los panares de altura.
En el interior del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el valle del río Yaga es, con mucha diferencia, el que representa un paisaje más humanizado.
Desde todos los rincones se descubre el trabajo del hombre, dando forma a el paisaje durante muchas generaciones.
Es Un ejemplo de la armonía que se establece entre el asentamiento humano y la naturaleza lo que confiere a este valle su grandeza y originalidad.
Debajo del Castillo Mayor, orgulloso en su forma de fortaleza inexpugnable, Cuello Viceto , lugar de pastores, es una loma verdeante que se asoma al Cañón de Añisclo, y las laderas meridionales de la Sierra de Las Tucas, se desarrolla toda una región aislada y solitaria. Auténtica selva de vegetación serrana, de flora variada, difícil de recorrer pero llena de atractivos, que tiene en el corte de sus gargantas, caprichoso y original, una de las ofertas de Naturaleza de excepción del Parque Nacional de Ordesa y Monte perdido.
Escuaín es diferente, original y difícil. Los caminos complicados, los mapas poco fiables, el territorio complejo, desniveles importantes, el contraste garganta/solana tremendo.
El conocimiento lo da la experiencia y las exploraciones.
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