
DE ESCUAÍN A CUELLO VICETO
EXCURSIÓN DE ESCUAÍN A CUELLO VICETO.
Punto de partida:
Entrada de Escuaín pueblo a 1209 metros.
desnivel:
800 m
Duración:
3 horas o 3 horas y media.
Consejos:
Las épocas más recomendables son la primavera y el otoño. En esta última estación y si el tiempo acompaña, puede haber excepcionales posibilidades fotográficas del macizo de monte perdido, con una luz y nitidez de gran calidad.
Casa rural en el Pirineo para hacer esa excursión.
Recorrido:
Larga y grata caminata que recorre praderías y antiguos bancales cultivados y que nos permite contemplar toda la vertiente sur de las paredes de Pineta con espléndidos circos de Gurrundué y Angonés.
Desde la entrada del pueblo de Escuaín, seguir hacia el nordeste una pista que tras 5 km entre bosques de pino silvestre, acaba perdiéndose junto a un gran aprisco ganadero de reciente construcción.
Sobre este y en la parte media de la ladera de los Vasones han quedado entre los pastizales unas enormes hayas qué aportan gran plasticidad al entorno.
Seguir sin problemas hacia el oeste, superando progresivamente diferentes fajetas entre bordas semiderruidas, en dirección a la curvatura que en el horizonte marca el collado de Cuello Viceto.
Desde Cuello Viceto, puede intentarse, si se dispone de tiempo, a algunos de los picos de las tres Marías. Sin mas dificultad que el terreno seco y duro.
Magníficas vistas en toda su ascensión del Collado de Añisclo y gargantas de Escuaín.
Ya en su cima, espectacular visión del valle glaciar de Pineta y de las montañas circundantes.
Como alternativa de retorno y a fin de contemplar un circuito, se propone volver cresteando por la divisoria que, partiendo del cuello Viceto, continúa hasta el Castillo Mayor. cerca de este descender por el collado de ratón, entre pastos y luego bosque, hasta el punto de partida.
Valores naturales:
Interesantes bosques jóvenes de pino silvestre sobre antiguos cultivos en bancales, en regeneración tras el abandono de gran parte de los pastos del valle. Abundante fauna ornitológica, entre la que destaca la facilidad de observación de aves rapaces tales como el águila real, buitre leonado y quebrantahuesos.
Junto al camino es posible observar también numerosas especies pirenaicas, tales como él alcaudón dorsirrojo, el mirlo capiblanco, el verderón serrano, el piquituerto o el escribano cerillo.
Ya en el fondo del valle destaca la excepcional abundancia de rastros de jabalí, al cual no es difícil sorprender en los claros del bosque o buscando bulbos en los pastos.
En las tres Marías hay posibilidades de ver reducidos rebaños de sarrios.